“Tu rai”, es una expresión catalana, que no se puede traducir si no es por una frase completa tipo: que poco te cuestan a ti las cosas, no como a mi ó si yo tuviese la pasta que tienes tu, otro gallo me cantaría, ó como se nota que a ti te lo han regalado todo, no como a mi que trabajo como un desgraciado, o ….

El hecho es que ES un comentario que denota una malsana envidia de fondo (la envidia sana, no existe) y la tendencia de los humanos a no dar valor al esfuerzo de los demás.

Hoy me comentaba una paciente que hará un Màster el año próximo en Bellaterra y desde su casa en  coche tiene más de una hora cada día, más lo que cuesta el Màster y lo que va a tener que estudiar, después se tendrá que escuchar….”tu raí, que tens un Màster”.

Los logros de los demás, les caen del cielo.

Los nuestros son esfuerzos titánicos dignos de superhéroes.

“Tu rai “que eres médico, abogado, cantante, pianista, bombero,…… empresario, autónomo, funcionario.  Siempre hay un “Tu rai ” para cada persona.

Como dice una amiga argentina: ” Los pastos ajenos siempre son más verdes”.

¿Porque siempre parece que los demás viven mejor? Qué las cosas les cuestan poco esfuerzo, que el dinero les cae del cielo, que sus hijos son más listos….

EMPATÍA, no es un nombre de colonia de Calvin Klein. Es ponernos en el lugar de los demás para poder comprender como se sienten.

Cada vez que oigo un  “tu rai” sería estupendo escuchar un: me alegro de que te vayas de vacaciones, te lo mereces ó que bien que ganes bastante dinero para mantener tu solo la familia, ó no está mal lo que te ha tocado estudiar hasta llegar aquí… que mérito tienes trabajando tantas horas….

Seguro que el efecto que conseguiríamos en los otros es mucho más reconfortante, y es que somos humanos. Si nos reconocen el esfuerzo, aún que no nos hagan la ola, nos anima a continuar.

Muchas  veces simplemente hablamos por no callar. Sin duda sería mejor callar.

Mi abuelo, cuando estaba ya casi a punto de morir, pero tenía la cara redonda y buen color, la gente cuando venía a visitarle, lo que más le decían era: “Sr B. Que buena cara tiene … A lo que el siempre contestaba, pacientemente: la cara no me duele.”

Seguro que podemos practicar, ponernos los zapatos de los demás y caminar unos días con ellos. No juzgar. Y si es posible no decir tonterías.

Yo pediré que me lo pongan en la lápida cuando me muera: Tu rai.

“Tu rai “que  ya no has de trabajar, ni pagar facturas ni …….ni……

Queridos, VALOREMOS EL ESFUERZO de los demás, que no tenemos ni idea de lo que les ha costado llegar a lo que vemos y viceversa.

Y ” tu rai” que tienes tiempo de estar leyendo tonterías como ésta…..