“La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”. Mario Benedetti
En el diccionario encontramos la definición de Incertidumbre como la falta de certeza. Falta de conocimiento claro y seguro de algo, especialmente cuando crea inquietud.
Las personas tenemos la ilusión de controlar todos los aspectos de nuestra existencia. Podemos llegar a pensar que van a ocurrir las cosas tal y como las tenemos previstas, por el simple hecho de haber pensado en todo. Cuando hay dudas respecto a algo, nos invade la sensación de malestar y traemos al presente una situación que todavía no ha ocurrido, dando vueltas a todas las infinitas posibilidades de cómo será.
Las Ciencias Físicas tienen su principio de incertidumbre
Werner Heisenberg desarrolló la teoría de la Indeterminación en 1927. En ella postula que es imposible tener en cuenta todas las variables dinámicas de una partícula en un momento determinado. Si la Física, que es una ciencia exacta, ya tiene desarrollado este principio, ¿por qué nos obsesionamos con el deseo de tener controlado todo lo que va a ocurrir en nuestro futuro?. ¿Qué hace que pensemos que todo va a seguir sucediendo como hasta el momento? ¿Qué pasa cuando inundamos el presente de las cosas que todavía están por llegar? ¿Cómo se gestionan los imprevistos?
Vivir cada acontecimiento futuro desde el miedo a la incertidumbre nos obliga a ocupar el espacio presente de inseguridades y de suposiciones que nos impiden estar en el aquí y ahora, bloqueando la operatividad de creación de oportunidades que puedan surgir de los acontecimientos no previstos.
“El miedo a la incertidumbre bloquea el paso a nuevas oportunidades”
Para el ser humano, vivir con esa incertidumbre es todo un reto.
El aumento de estrés ante lo desconocido es normal y nos pone en alerta para detectar posibles peligros y estar preparados para reaccionar, Piensa en algo tan sencillo como entrar en un edificio nuevo, La primera vez que lo recorremos nos hace estar con los 5 sentidos; las veces sucesivas, ni nos damos cuenta por donde pasamos. Lo desconocido aumenta el nivel de estrés, mientras lo conocido lo reduce.
Pero ¿qué ocurre cuando recreamos situaciones continuamente del futuro incierto?
El nivel de alerta aumenta por encima de niveles normales y vivimos en estrés permanente.
“La activación innecesaria o excesiva son fuentes de estrés”
Cuando en el presente proyectamos fatalidades sobre el futuro, suponiendo y recreándonos en lo que no depende de nosotros, surge un bucle de impotencia-estrés inútil. Aparece un estado de nerviosismo y de espera “a ver que pasará”. La sensación de impotencia nos invade, sentimos que no podemos hacer nada y revivimos, una y otra vez desde la catástrofe y la inoperatividad, que pueden llegar a bloquearnos por sobresaturación impidiendo una buena reacción cuando de verdad llega ese momento.
Las dudas y la incertidumbre son nuestra principal fuente de estrés y merman nuestra respuesta en situaciones reales, donde necesitamos reaccionar frente a lo nuevo.
Hay otro punto de estrés en la incertidumbre; el bloqueo que se produce cuando los resultados no coinciden con lo soñado. Al no conseguir lo esperado, nos frustramos y no podemos reaccionar.
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¿Qué recursos puedo trabajar para hacer que la incertidumbre se vuelva a mi favor?
Aceptar que la incertidumbre forma parte de nuestra realidad, es el primer paso para vivir los acontecimientos futuros de forma adecuada. Nos permite prepararnos.
“Las cosas pueden ocurrir como siempre, o no”
Es posible gestionar estas tres fuentes de estrés, incertidumbre respecto al futuro y enfrentarnos a lo desconocido y frustración ante los resultados. De hecho hay muchos estudios en diferentes disciplinas sobre la gestión del riesgo.
Lo primero y principal es darnos cuenta de la utilidad en cuanto a la gestión del riesgo. La ansiedad por nuestro futuro nos avisa de alguna de las cosas que es preciso tener en cuenta a la hora de planificarnos. Puede ser un toque de atención para prepararnos de una forma determinada, para que todo vaya de la mejor manera, y también prepara nuestro estado interno en caso de que se presente alguna situación no prevista.
Recursos para la gestión de la incertidumbre
1.- Crea la imagen de lo que quieres que ocurra y entrena las veces necesarias.
Entrénalo mentalmente, repasando la ejecución de forma impecable todas las veces que puedas. Cuantas más veces entrenamos lo que queremos decir o hacer, más fácil nos sale. Normalmente entrenamos lo que no queremos que ocurra; por ejemplo, no quiero tartamudear. Al pensar esto, es inevitable que recuerde un día en el que tartamudeé, con lo que es esta acción la que estoy entrenando y no otra.
Esto es lo que hago con los alumnos de una autoescuela con la que colaboro. Les enseño a repetir su práctica mentalmente. Entrenar para que en el momento del examen salga de forma fluida.
2.- Ante la Preocupación: Ocupación. Hacer lo que depende de ti
“Conecta con el momento presente, céntrate en lo que depende de ti y hazlo”.
Ejemplo: Tengo una entrevista
¿Qué depende de mí? Saber que es importante para la entidad y las personas que voy, prepararme para la entrevista, preparar el estado interno en el que me quiero situar, crear una imagen de lo que “sí quiero que ocurra” y repetir en mi mente mi forma de estar ahí.
Ocuparme de lo que depende de mí, me hace estar activa. La mente necesita trabajar, dale trabajo adecuado y útil. De lo contario se entretendrá suponiendo y creando situaciones de nerviosismo.
Simplemente, haz lo que dependa de ti en el momento adecuado y así la sensación de espera desaparece, las suposiciones y estar pendiente de lo que no está en nuestras manos baja de intensidad. Si no depende ¿Para qué llevar la atención ahí?
3.- Tener en cuenta toda la información posible
Es cierto que cuanto más cosas tengamos en cuenta más probable es que nos acerquemos a la imagen que nos hemos construido del futuro
Crea una imagen de lo que quieres que ocurra y valora si eso es realmente lo que quieres que pase. Imagina que ya está ocurriendo eso que quieres y observa el efecto de los resultados en tu entorno más cercano y en tu familia.
¿Cómo afectará a tus costumbres? ¿Qué repercusión tiene en tu organización familiar? ¿En las personas que viven contigo? ¿Cómo afectará a tu salud? ¿Tienes previsto qué hacer en el caso necesario? ¿Estas dispuesta a asumir el coste energético?
4.- Crear alternativas
Tener alternativas previstas si el resultado no es el esperado antes de que ocurra. Eso aumenta la flexibilidad de acción y mantiene el Estado hacia la búsqueda de nuevos caminos.
¿Qué pasará si lo consigo? ¿Qué no pasará si lo consigo?
¿Qué pasará si no lo consigo? ¿Qué no pasará si no lo consigo?
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5.-Actuar desde la Pasión
Poner Pasión es encontrar tu verdadera motivación en cada momento.
Esto que voy a hacer, ¿Para qué? ¿Qué busco haciendo esto?… De esta forma si lo que emprendo no resulta adecuado, mantengo mi Metaobjetivo para elegir un nuevo camino que mantenga mi motivación.
No hay fracaso, sólo retroalimentación. De todo lo emprendido podemos aprender cuales son las cosas que sí han funcionado y rescatarlas para lo nuevo que emprendamos.
Y si algo no funciona, haz algo diferente. Nos empeñamos en repetir lo mismo cien veces pensando que en algún momento tendremos el resultado buscado. De lo que no funciona, el aprendizaje es, a menudo, muy simple: no es por ahí.
Tener Recursos para la adaptabilidad a los cambios necesarios
La gestión del riesgo y la incertidumbre nos lleva al liderazgo de nuestros proyectos y de nuestra propia Vida.
6.- Dejarte sorprender
¿Sería igual tu Vida sin ninguno de los imprevistos que te has encontrado? ¿Cuántas personas hay ahora en tu vida que aparecieron un día, produciendo un gran cambio en tu realidad? ¿Cuántas situaciones inesperadas has vivido gracias a las cuales ahora estás en otro lugar, otro trabajo?
¿Qué experiencias te esperan?
La Vida no es ni buena ni mala. Sólo es. Somos nosotros quienes vivimos las cosas de una forma u otra.
“La felicidad está en el interior y es independiente de las circunstancias externas. ¿Quieres ser invencible? prescinde de las cosas que escapan a tu control y céntrate en tu voluntad, en las ideas de las cosas que pasan y en el uso de esas ideas”. Epícteto
Mayte Galiana
Farmacéutica y Bióloga. Socia en PNL Plus O.E.
Imparte formación en PNL (Programación Neuro-Lingüística) y acompaña a personas en procesos de crecimiento personal y profesional.
Formadora en PNL acreditada por la correspondiente Asociación Española (AEPNL) y por la International Association for NLP (IANLP).
Su experiencia como formadora empezó en 1992, con un programa para la familia y la mujer en dificultad social. Continuando con su faceta educadora, a partir de 2008 incorpora la PNL en sus talleres y en 2010 da un salto profesional para dedicarse en exclusiva al desarrollo personal a través de la PNL por su sencillez, simplicidad y efectividad en los resultados.
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