Nos explican los psicólogos en publicaciones de divulgación que el conocido como “síndrome de Salomón” es la dificultad de expresar nuestra opinión si es diferente a la de un grupo incluso si estamos convencidísimos de que es cierta nuestra versión. Por no desentonar, no excluirnos del grupo, por tener la aceptación de los otros.

Acupuntura-Legorburu-Barcelona_Moulin_Rouge_1¿Os ha pasado alguna vez al ir a ver un espectáculo que no sabíais que cara poner y los demás estaban todos encantados?

El Moulin Rouge es un símbolo de Paris indiscutible. El famoso cabaret paisino de fama mundial, fue construido por el español Josep Oller que también era propietario del Olimpya en 1889. Está sitiado en el barrio de Pigalle, al pie de Montmartre, en París, Francia. Desde hace más de 100 años sigue ofreciendo sus espectáculos. Es un peregrinaje de turistas sin fin, pero son muchos los franceses que también acuden. En Moulin Rouge han actuado innumerables artistas reconocidos internacionalmente desde Edith Piaf a Frank Sinatra.

Parte de su fama creo que se debe a ser la principal inspiración del pintor post- modernista Toulouse-Lautrec que nos dio una imagen fascinante de lo que debía ser la época.

Así mismo ha sido fuente de inspiración para grandes películas musicales con este nombre tanto la protagonizada por José FerrerZsa Zsa Gabor en 1952 como la protagonizada por Nicole Kidman y Ewan Mc Gregor en el año 2001, ambas nominadas al Oscar de Hollywood en su momento.

La ilusión “Moulin Rouge” está servida.

Las entradas están agotadas con meses de antelación. Consigo entrada para la sesión de las 11 de la noche ya que la de las 9 está llena “para siempre”. A mi me gusta conocer los sitios míticos, la verdad.

La cola en la calle es inmensa y esperas durante más de 45 minutos entre música de los bares cercanos y la algarabía de todos haciéndose fotos. El momento se acerca.

Acupuntura-Legorburu-Barcelona_Moulin_Rouge_2Nos espera una gran sala en tonos rojos con unas mesas a compartir con pequeñas lámparas rojas. Nos acomodan bastante céntricos y nos traen champagne. Pinta bien.

Con más de media hora de demora empieza el deseado espectáculo.

Se abre la gran cortina negra y delante de un decorado de cartón-piedra empiezan a aparecer unas 40 “vedettes”.

Como he sido yo la que he insistido en ir, sigo con el champagne y no hago ningún comentario a mi solidario acompañante que se debía tronchar desde el minuto cero. Por la disposición de la mesa quedaba detrás mío y no nos veíamos la cara…

Las vedettes con unos trajes más o menos vistosos se desplazaban por el escenario con unos números de danza. Escuálidas queda corto para describirlas. Lejos de la voluptuosidad de Norma Duval o de la gracia y salero de Merche Mar o la Maña que nos acompañaron en el Molino de Barcelona, estas chicas para mi sorpresa infinita no tenían pecho, como unas pre-púberes solo con pezón. Evidentemente debía ser lo que querían ya que eran todas iguales. Lejos de el número picante de la pulga que se ha repetido en todos los cabarets del planeta, solo bailaban al ritmo de unas músicas que junto con los trajes y los decorados llegué a pensar que estaba en un festival de princesas Disney esperando que saliera Aladdin. Lo de los pechos no sería de gran importancia si hubiesen llevado un mínimo sujetador o unos pompones en el lugar apropiado, pero no. El modisto se cebó con las extraplanas bailarinas y las enfundo en mallas brillantes y con plumas con dos recortes redondos para enseñar sus inexistentes pechos. Un efecto devastador a mi entender.

Acupuntura-Legorburu-Barcelona_Moulin_Rouge_3No se si me explico. Solo enseñaban las tetas (bueno, las no tetas y los pezones).

Seguían llegando números Disney con alguna de las princesas pre-púberes volando sobre la nutrida concurrencia que parecía pasarlo bien.

Números con vestidos de payasos y otros dignos de zona artística  de Port Aventura.

No hablemos de los chicos…. a cual con menos glamour y tapados hasta las cejas, exceptuando la apoteosis final que salieron con una torerita que no se la hubiese puesto ni Georgie Dann en sus tiempos de más valor y se podía ver que eran humanos ya que parecía verse algo de piel.

Afortunadamente hubo un número de can-can bonito y correcto.

La visión de aquellas chicas enseñando los tristes pezones enfundadas en mallas y plumas de tres al cuarto con escenarios de cartón y bailando melodías de parque de atracciones, solo daba para beber el champagne, pensar en como debía haber sido la época en la que actuaba La Goulue plasmada en los maravillosos cuadros de Lautrec y pensar lo afortunada que soy de poder valorarlo en primera persona. Los cientos de japoneses encantados y del resto alguno estaría como yo pero desde fuera no se nota.

No soy una gran experta en cabarets, pero si he estado en Tropicana de la Habana creo que 3 veces, y seguiría repitiendo. Música que te envuelve, tremendas bailarinas con lo inimaginable en la cabeza, ritmo, luces color, y los bailarines con el torso lleno de purpurina. Mucho más sugerente y con una alegría contagiosa. Y nuestras vedettes locales guapas sexys y simpáticas también me han gustado mucho más.

Así que amigos, el que decida pasar por Moulin Rouge, que se ponga las gafas de ver un local histórico, para imaginarse en esos tiempos y disfrute del champagne o que me convenza de que yo no tenía buen día para ver cabaret y era todo espectacular.

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