A raíz de un video de mi amigo Toni Pinies, no he parado de darle vueltas…
¿Qué le pasa a mi agenda? ¿Este año me la han dado más corta?
Estamos hablando ya de las próximas vacaciones y todavía no hemos sido capaces de concertar una cena para intercanviar las fotos del verano pasado…
Aún no hemos deshecho el árbol de Navidad y casi es Semana Santa.
Pasan las semanas y los meses y ni nos damos cuenta de ello.
Algo está fallando. Cada vez son más los amigos a los que les hemos de enviar un watsap para preguntar a que hora podemos llamar para hablar un rato, y a veces no hay manera.
Nos apretujamos la agenda de trabajos, pero también de ocio.
Los niños, cada vez tocan más teclas, y los hemos de movilizar, acompañar y animar. Los abuelos cada vez viven más años, pero tampoco con una autonomía en muchos casos que permita no estar pendientes, o tener que hacer unas cuantas gestiones más, con/ para/ por ellos.
Es decir, que tenemos la cabeza como un Ferrari, pero el cuerpo de cada uno tiene la edad que le corresponde a su fecha de nacimiento.
¿Y el ocio??? Cuantas más posibilidades tenemos de elegir, mayor es el grado de insatisfacción y la sensación de que continuamente nos estamos perdiendo algo.
Cada vez que decidimos estar en un sitio, lógicamente no vamos a poder estar en otro.
Pero y lo desgraciado que te vas a sentir si no vas a tal o cual cena, si te pierdes una calçotada, etc, etc…  Hay gente que esto realmente lo sufre en silencio (como lo que tu ya sabes).
Es todos estos casos evidentemente, la agenda es pequeña para la vida que creemos que queremos llevar.
Cuantos de nosotros colaboramos con ONGs , (por que lo creemos, pero en el fondo es también una tendencia) pero no tenemos tiempo para ir a visitar a un amigo que está enfermo?
¿Quién se puede permitir pasear tranquilamente o leer cuando quiere?
Esto es VIVIR. No sobrevivir a la carrera.

La verdad es que sin mi agenda no soy nadie, pero si me concentro, soy capaz de agendar un montón de cosas con un cierto margen para incidencias  entre ellas, para no morir en el intento.
Al final como casi siempre me sobra tiempo, conozco un montón de cafeterías y lugares interesantes. No quiero perder nunca la posibilidad de compartir un cafe con un amigo.
A pesar de todo, hay días que a la agenda se le vuelven las hojas estrechas y pequeñitas. Esos días es urgente localizar un bar con buenas vistas y empezar a rediseñarlo todo.
Ordenar y priorizar lo que es importante, lo que es urgente y lo que te apetece un montón hacer. En general, no es una tarea complicada y se experimenta un gran alivio al pasar el borrador por tu futuro próximo.
Da igual, si lo que hacemos desaparecer es de la parcela laboral o de la personal. Estamos recuperando tiempo.
¡Piensa, actúa, vive!!!

 

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