Que bueno debía ser este eslogan creo recordar que de Joan Bassat para que todavía lo recordemos desde los ya lejanos años 80. Como la mayoría de nosotros pensé que era una metáfora. Después de ver que lo de las fronteras que nos aconsejaba el gobierno era literal, da para reflexionar abundantemente sobre el trabajo bien hecho. No os asustéis no hablaremos de política pero el trabajo bien hecho se puede reflejar en cualquier actividad cotidiana.
He estado pensando sobre las amistades de Facebook. ¿Se puede hacer bien? Pues si. Entendemos por hacer bien, que tenga algún valor añadido al meramente acumulativo de “me gusta” en la pantalla.
Vivimos en una época en la que es más fácil obtener un divorcio “express” y cambiar de marido que mejorar tu tarifa telefónica.
Hoy quería comentaros las inesperadas alegrías que me está dando Facebook.
El día en que la persona encargada de mi esperada página web me puso en Facebook sin avisar, me sentí alterada y rabiosa. No me pidió permiso dando por hecho que era “lo normal” que hacía con todos sus clientes.
Una vez pasada la inevitable pataleta inicial, sin duda debida a mi ignorancia de lo que era normal, entré en la siguiente fase con celeridad y que consistió en pensar qué beneficio le podía sacar a Facebook antes de extrangular al tipo en cuestión.
Hoy en día, creo que he encontrado un método eficaz de comunicación, sin traspasar en ningún momento la fina línea de mi vida privada ni la de mi familia. Me es útil para mi trabajo y la difusión en las redes incluso me divierte. Si, me divierte y me permite ser rápida y creativa.
Pero este no es el tema. El tema es si la interacción con los amigos de Facebook se puede hacer de forma que nos aporte “algo” en la vida real. Cada día que pasa estoy más contenta, porque ahora es al revés de lo temido desde mi temor a lo desconocido… A menudo me encuentro con personas que previamente hemos sido amigas en face. No hace falta ponerles cara, ya que ya la conozco, pero les estoy poniendo voz e impresiones. Es posible reconocer a gente de la que previamente ya tienes una información. Encontrarse en persona es indispensable para comprobar si hay química o posibilidades de colaboración o de alguna de la infinidad de posibilidades que diariamente nos da la vida.
Eso si, si tienes 1000 amigos en facebook, pero ninguno para tomar una cerveza el fin de semana, tienes un gran problema. No perdamos la perspectiva.
He conocido gente fantástica en encuentros post-facebook desde colegas, pacientes, escritores y un largo etc que después he podido compartir con ellos café y lo que se ha terciado. Ahora lo llamamos sinergias. Siglo XXI, no te dejaré escapar.
Traspasemos las fronteras de facebook y de las redes sociales para ponerlas de nuestro lado, no para que nos engullan en un espiral anónimo y anodino.
Como siempre, me hace muy feliz ver vuestros comentarios en el blog.
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