Seguro que todos habéis observado hombres que realizan sus tareas cotidianas habituales con un palillo en la boca. En los casos más virtuosos incluso hemos podido observar como lo pasan de un lado a otro de la boca sin utilizar la mano. Mentiría si dijese que no he tenido ninguno en la consulta y el último era un chico muy joven cosa que hacía aún más, si es posible, sorprendente la situación. Le acompañaba la madre que tenía absolutamente integrado el palillo a la familia.

Creo y espero que sea una costumbre en vías de extinción.

Tampoco he visto – y si lo he visto no me acuerdo – esta costumbre en otros países, así que a lo mejor podría llegar a ser patrimonio inmaterial de la humanidad.

En fin, ¿qué importancia puede tener en nuestra ocupada existencia el uso de palillo?

Acupuntura_Legorburu_Barcelona_El_Palillo_en_la_Boca_1Como habréis podido observar desde hace ya tiempo es tendencia las visitas a las bodegas y las catas de vinos.

Hace años habíamos hecho una pequeña ruta por el Priorat con los amigos de la universidad y sus parejas y hace poco, después de muchos años, la repetimos.

Entregados a la causa como siempre que hacemos cualquier actividad, que para algo todavía somos de los que hicieron bachillerato, nos preparamos para cumplir la ardua tarea del enoturismo.

No siempre las cosas cuadran como un puzzle perfecto y todo y que casi lo fue, entre la comida del segundo día y la bodega encuestión nos sobraba un ratillo. ¿Qué pueden hacer 14 cincuentones a las 4 de la tarde en un pueblo del Priorat que no recuerdo ni el nombre? Pues ir al bar (creo que era el único). Jugaba el Barça a una hora intempestiva y el bar estaba inexorablemente volcado en el partido, con una pantalla casi de cine. Nos instalamos en exiguo local exterior que estaba a la sombra y después de un largo rato sin ningún signo de vida, una de nuestras amigas movida seguramente por la deformación profesional empieza a tomar nota de cafés y cortados.

Habíamos  tomado café en el restaurante y la verdad es que no me apetecía nada. Movida por la fuerza de la inercia me pedí un café con hielo, cosa que no hago jamás porque entre otras cosas no me gusta, tomo el café solo, negro y sin azucar y el hielo lo deja hecho una pena. Pues me pedí un café con hielo sin saber el motivo. Será el Priorat, el Barça o el calor. Al cabo de un rato nuestra amiga muy diligente aparece con la bandeja y el pedido. Los del bar permanecían pegados a la barra con Loctite.

Acupuntura_Legorburu_Barcelona_El_Palillo_en_la_Boca_2Al colocar el hielo en el vaso del café, inevitablemente le das vueltas con la cucharilla muchas veces de manera mecánica sin poner conciencia a nuestro inconsciente y repetido acto, como muchísimas acciones diarias que hacemos.

En el momento que tomo consciencia de mi mano empuñando la pequeña cuchara que hace girar el único cubito de hielo de mi café, lo miro intensamente. Al mirar el cubito me parece que veo algo extraño. Lo levanto suavemente con la cucharita y no os podéis imaginar como me quedé cuando justo en medio del gran cubito descubro un palillo. ¡Un mondadientes! Justo en el centro, como si fuera un polo.

!Que asco, un palillo!!! Todos pasaron a verlo y alguno con más buena vista o más mala intención corroboró que estaba usado, vamos que se podían apercibir restos de ADN en el otro extremo. La solícita amiga, después de que el cubito relleno fuera explorado por todos, lo llevó en un platito al mostrador. Simplemente se lo cambiaron por otro alegando que no sabían como podía haber llegado hasta allí el palillo, que ellos los compraban hechos.

Si no me han gustado nunca los cafés con hielo, ni tengo ni idea de con que tipo de controles de sanidad se envasan los cubitos, no creo que pueda evitar imaginar a Torrente envasando los cubitos industriales.

Lo dicho: nada como el café solo.

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