Quizás, pero solo quizás, soy la más desorganizada del planeta, pero desde que no llegan prácticamente cartas por correo ordinario, se me hace tremendamente complicado saber que pasa con las facturas.
Los autónomos, artistas y profesionales del malabarismo varios en una gran mayoría de los casos, y más actualmente que todo son facilidades, lo hacemos todo nosotros.
En un no parar de facturas, facturitas recordatorios, encuestas, publicidad e infinidad de cosas que entra cada día por el correo del ordenador, mezclado alegremente con las facturas que si que son importantes, y que en nuestro caso son muchas y variadas de importes grandes, muy grandes o tan pequeños que a veces ni los identificas. Es decir que si no llevas un control minucioso y exhaustivo puede ser que algo no se cobre o que se cobre de más y que pase desapercibido.
Llega el momento de pasar libros y cuadrar trimestres, y cual es la sorpresa cuando resulta que ni pagas móvil, ni luz ni nada de nada, no tenemos casi ninguna factura en papel. !Tremendo susto!
Las facturas que van entrando alegremente en el ordenador de manera sibilina, son difíciles de detectar para los que no somos grandes estrategas de las redes como yo. En ocasiones las llego a ver, pero como la única solución sería imprimirlas, y esto solo es posible si estoy sentada frente al ordenador de la consulta, las ocasiones se reducen. Las veo desde casa a cualquier hora de la noche, las veo pasar ante mis ojos el día que estoy recluida 12 horas en Vic, las he visto algunas incluso, las muy ladinas desde el móvil en el autobús o en la peluquería…. pero, ¿¿¿donde se esconden cuando llega el momento de hacer el trimestre???
Las nubes digitales las tengo colapsadas, el google drive desde el telefono no se pilla….. en fin. ¿Para pagar impuestos he de pasar este calvario??? Las carpetas no sirven cuando tengo acceso desde 4 sitios diferentes, ¿o si ? Desde el Ipad tampoco las encuentro las carpetas, y las facturas siguen entrando: las de material de oficina, el gestor, las comisiones de tal o cual banco, las interminables derramas de la finca, la fuente de agua y sus garrafas, tal o cual sociedad médica, billetes de avión, los campamentos de los niños y un largo etcétera que hace que me parezca casi mágico cuadrar el trimestre separando el polvo de la paja.
Ayer recogí del despacho un sobre extremadamente rústico que pone: renta.
Habitualmente cuando llego al despacho del gestor, esparzo el exiguo contenido del sobre tal cual cae encima de su ya conocida mesa, y tal como va pidiendo, le voy dando los papeles que puntualmente han llegado a mi buzón. Cada año me felicita por que no me falta ni uno.
Ayer a las 9 de la noche me llamó a mi domicilio particular un comercial de una entidad bancaria, para insistir en que me habían enviado por «correo postal» unas indicaciones para que les lleve nosequé de la declaración de renta para tener más datos míos. !Fastuoso!! Quieren saber a que me dedico. Es gratificante que el banco se interese por mi y ya que a todas luces es un interés sincero, esa carta si que la pueden enviar en papel…
Este año no me atrevo a mirar el sobre de los papeles para la declaración de renta por si está vacío.
Deja tu comentario