Esta frase de una canción de Serrat (Sinceramente tuyo) cada vez la entiendo mejor.

Al descubrir ciertas cosas/situaciones dolorosas no sirve de nada estar triste, y añado que enfadado tampoco, pero no tienen remedio. Son lo que son y como son.

En el momento en que nos encontramos en una de estas situaciones, la verdad más frecuentes de lo que nos gustaría, entramos en dudas y contradicciones.

acupuntura_legorburu_barcelona_nunca-es-triste-la-verdad_3¿Has metido la pata alguna vez con alguien? ¿Has hecho daño a alguien? ¿Has tomado decisiones equivocadas que han implicado a otros?

Lo normal es que a una cierta edad todos contestemos que si a todo.

La diferencia estriba en como lo vas a afrontar y resolver, si es que crees que has de resolverlo.

Si me doy cuenta de una «pifia»de este tipo me falta tiempo para llamar o lo que haga falta para disculparme e intentar enmendar el daño. En ocasiones, ni te enteras del daño causado y lamentablemente no puedes hacer nada, aunque la otra persona te castigue con su indiferencia o algo peor. Así que agradezco que me den pistas si hay problemas.

Los casos que realmente me fascinan/preocupan son los que por no pasar un rato «incómodo» pueden dejar perder una amistad. Los que por algún tipo de mal entendido «orgullo» cruzan de acera para no saludar, o los avestruces para no llamarlos hipócritas, que hacen como que no ha pasado nada y esperan a que todo siga igual.

Prueba a llenar de clavos una pared. ¿Sigue igual cuando los arrancas? Pisotea un papel. ¿Como queda si después lo estiras y lo planchas?.

Quedan cicatrices. A las personas también: cicatrices de heridas profundas que no se ven por fuera, pero duelen y sangran en el interior. La aceptación es el único camino para liberarnos del sufrimiento.

Es tanto lo que se pierde con estas NO acciones, que da que pensar en la fragilidad de los sentimientos. La vulnerabilidad de las relaciones humanas.

Ah, el tiempo no cura nada. En este aspecto juega en tu contra.

Si no se hacen los deberes cuando toca, la bola se hace cada vez más grande y no hay quien la pueda mover.

Hemos de aceptar nuestra vulnerabilidad y llevarnos bien con ella.

Saldremos mejorados de esta situación al conseguirlo.(resiliencia).

Y tú: ¿eres de los que sabe disculparse y busca puntos de encuentro? ¿De los que cruza de acera? ¿O de los avestruces ?

 Al hilo de esto, os invito a leer este interesante artículo de la web «La mente es maravillosa».

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