Nos pasamos la vida intentando asegurarlo todo minimizando el riesgo pero la realidad que el peligro es vivir cada día.
Hace unas semanas en un piso recién alquilado, con todo revisado justo para la foto de la inmobiliaria y que con las prisas y valorando otras cosas no supervisamos concienzudamente, se nos rompe el pomo de la puerta de una habitacion con tanta fortuna que los dos adultos de la casa quedamos encerrados en una de las estancias. Habitación interior, con ventana al hueco del ascensor de la finca regia.
En la zona libre de circulación (resto de la casa) quedan dos adolescentes muertas de risa en el primer momento pero un poco intranquilas al pasar el tiempo.
Al cabo de un rato podemos ver que ya no hace tanta gracia, que no podemos salir.
Afortunadamente tenemos 2 teléfonos y una tablet con nosotros. Las niñas consiguen la tarjeta del RACC de un bolsillo y la pasan por debajo de la puerta.
Los amigos del RACC que creo que no entendieron que todos los adultos estábamos aislados y nos preguntaban cosas absurdas. Nos rescatan con dificultad después de dos largas horas. Léase a la 1.30 de la mañana de un viernes. Planazo.
Durante el rato que pasas encerrado, la verdad es que intentas hacer broma por que en realidad es una tontería, pero vas viendo que el peligro acecha… Queda claro que podíamos intentar romperla de una patada como en las películas, pero aunque la excusa fue que el seguro no nos cubriría los destrozos, la verdad es que el temor a acabar lesionados era el predominante.
¿Qué hubiese pasado si en vez de dos adolescentes, queda fuera un bebé? ¿Y si no hay nadie? De que manera más tonta se nos puede llegar a complicar el día… Encerrado en una habitación, sin teléfono, en finde sin vecinos… y si te entra un retortijón y ganas de ir al baño y si…
Y si… una de las grandes trampas de nuestro cerebro. ¿Y si dejamos de preocuparnos tanto por las cosas y esperamos a que ocurran? La mayoría de las veces no pasa nada. ¿Y si enseñamos a nuestros hijos a aceptar / resolver imprevistos en vez de temer por lo que no podemos controlar?
No a todos nos cuesta igual.
¿Y si nos cuentas alguna anécdota de miserias cotidianas como esta en la que has tenido que improvisar? ¿Qué tal llevas lo de la incertidumbre?
Bi Japi
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