Según reza el diccionario: “La paciencia es la virtud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien”.
Según los filósofos: “La constancia valerosa que se opone al mal y a pesar de lo que sufra el hombre no se deja dominar por él”.
Paciencia proviene del latín “pati” que significa sufrir. El participio “patiens” paciente (en los hospitales) hace referencia al que sufre.
No es mi mejor virtud y lo reconozco abiertamente, pero voy a tener que ejercitar a niveles filosóficos profundos.
La paciencia es un rasgo de la personalidad madura y evolucionada, me consta y me parece bien. No voy a entrar en detalles de la famosa paciencia de Job, pero… ¿Qué pasa cuando hace falta ejercitar todas estas filosofías a la vez de llevar el ritmo de vida al que nos aboca irremediablemente la sociedad actual?
A mi me cuesta no acordarme de Job cada mañana cuando me ducho y sigue saliendo el agua al suelo del baño porque llevamos meses con reparaciones de la mampara.
Aristóteles me parece un aprendiz cuando veo según que salas de espera y la corriente del “estoicismo” me parece más afín cuando intento resolver según que temas burocráticos.
¿Qué pensaría Job si tuviese que lidiar con reclamaciones telefónicas eternas? Seguro que lo haría mejor que yo, con la diferencia que al santo Job le fueron restituidas todas sus pérdida y aún le dieron más como premio, cosa que no hay peligro que nos pueda pasar a nosotros. Mujer de poca fe…
Señoras y señores el arte de la reclamación. Quizás hemos de armar alguna red de jubilados en buena forma que nos ayude a reclamar todo lo que no funciona o no se hace correctamente por que los que llevamos vida normal no tenemos tiempo ni por asomo. Un banco del tiempo especializado el papeleos y quejas varias.
Ahora tengo el placer de estar reclamando la devolución de un billete de avión. Comprado a Edreams con Paypal. Edreams asegura que hizo la devolución a Paypal, Paypal que hizo el reintegro a la Caixa y la Caixa que no tiene por que saber nada de Paypal. Cada vez que hablas con el servicio de atanción de cliente te dicen que escribas un correo. Oiga, ¿Qué no es usted el servicio de atención al cliente? Es emocionante ver como cuando te planteas la agenda de la semana has de incluir el rato que vas a dedicar a la llamada del billete ya que con tendencia a ser realista puede ser de más de una hora.
Entiendo que al santo Job como paradigma de la paciencia le enviaron interminables desgracias, pero eran otros tiempos y seguro que todos los hijos se le murieron sin tener que pasar horas y horas de papeleos, pruebas, esperas con idas y venidas a diferentes tratamientos ni si perdió el trabajo no se paso horas haciendo currículums ni cursos para emprender. Y es que ellos tenían tiempo.
Aquí llegamos al TEMA. Imma Monzó en su libro “La dona veloz” (La mujer veloz), divide a sus familiares entre rápidos y lentos. Es una manera. Al final va a ser esta una buena clasificación.
En nuestra sociendad en la que tenemos un problema para cada solución, donde lo que nos venden es:
- Aprenda inglés en una semana
- Pierda 20 kg en un mes
- Toque el piano en dos tardes
Todo lo queremos YA y justamente es lo contrario de la realidad que nos obliga a ir perdiendo el preciado tiempo en tareas lamentables. Nos hacen perder el tiempo de manera absurda en el día a día y somos incapaces de esperar a que la naturaleza siga su ciclo y lo queremos acelerar todo. Tenemos el estrés asegurado.
Más que la paciencia nos hemos de entrenar en ACEPTACION. Seguramente nos va a ser mucho más práctico. Aceptación no es resignación. Aceptación es entender que hay cosas que no son como queremos y que no las podremos cambiar y es mejor encaminar nuestra acción hacia otro lado.
Para seguir con las referencias religiosas acabaremos con una gran frase católica:
Que Dios me conceda la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia.
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