Durante la última semana de julio en la cual gran cantidad de seres humanos estábamos a punto de empezar vacaciones, pude constatar lamentablemente  la sorprendente cantidad de lumbagos, ciáticas, lesiones accidentales etc que ocurrían tanto dentro como fuera de la consulta.
¿Todo el año esperando las vacaciones y llegamos enfermos o lesionados? ¡Que desastre!!!….
SAcupuntura_Legorburu_Empiezo_por_mieguro que podéis pensar en alguien conocido cuando hago referencia a los que la primera semana de vacaciones la necesita para ponerse medianamente en orden, o los  que cada año llegan directamente enfermos.
Pensamiento: “no le damos a nuestro cuerpo la importancia que tiene, al menos muchos de nosotros”.
La mente bien entrenada para jugar en nuestro equivocado y tramposo equipo, la podemos engañar con múltiples excusas ( no tengo tiempo, no es lo mío, es muy caro, no tengo mas remedio que hacer lo que hago), pero nuestro cuerpo acaba pidiendo ayuda. Empieza por pequeños síntomas que pueden pasar inadvertidos ya que podemos con todo ya se sabe… y nos lo recuerdan continuamente.
Nuestro castigado cuerpo va pidiendo ayuda y nada, no tenemos tiempo: los hijos, los padres, las reuniones, las aficiones  y lo que sea para no reconocer que lo que antes funcionaba solo, ahora requiere más tiempo y más cariño. Mucho más en algunos momentos y fastidia casi tanto reconocerlo como ponernos a solucionarlo.
Al final, la vida te para.
En algunos casos de manera dramática, en otros solo escandalosamente evidente. Aquí se impone la reflexión: ¿qué estoy haciendo mal, o no haciendo de ninguna manera? ¿Qué no quiero ver? ¿En qué no me estoy queriendo?
Hemos crecido con la absurda fantasía de la invulnerabilidad y la inmortalidad (inseparable de la juventud normal). No aceptamos limitaciones. Incorporar a nuestra vida  cualquier pequeña discapacidad nos trastorna de manera absurda.
¡Como nos cuesta parar!!! Mirarnos al espejo y con toda la honradez y crudeza preguntar por que no nos tratamos mejor. ¿Porqué no queremos a este cuerpo que nos da cobijo hace tantos años y nos sirve para transitar por esta vida?
Empezamos septiembre. Nuevos propósitos. ¿Esta vez los vamos a cumplir?

 

Conclusión: “Nadie se puede cuidar por ti”

 

image image

 

image image

 
image