En una consulta de acupuntura de larga trayectoria, cada vez vemos más bebés. Y cuantos más vemos más nos gustan.
Es un gran placer cuando nos vienen a presentar a todos estos humanitos que hemos ido siguiendo en muchos casos antes de ocupar el vientre materno.
Me gusta pensar que reconocen mi voz. Huelen a bebé y esto es adictivo y no comparable con ningún otro olor. Son suaves e indefensos aunque pura fuerza y energía. Tienen algo magnético que hace que puedas pasar el tiempo sin darte cuenta solo mirándolos o acercandoles un dedo… en fin… muchas gracias papis y mamis por traerlos siempre y por vuestra confianza.
Què bonic Margarita tot el que fas. Es una retroalimentació perfecta!
La veritat és que és molt xulo.
Una abraçada Núria i gràcies pel comentari.