Desde la antigüedad es habitual atribuir a las mujeres el no tener descendencia, con las consecuencias que podía acarrear. ¿Y cuando el problema es de ellos?

Problemas de fertilidad en la pareja

Explican las estadísticas que un 33% es problema de la mujer, otro 33% es de causa desconocida. Por lo que se deduce, sin dificultad, que el 33 % restante es de causa masculina.

Las parejas jóvenes aceptan con naturalidad, al menos aparente, que la causa de su problema puede ser de cualquiera. En algunos casos,  los dos miembros de la pareja presentan alguna anomalía.

La mujer suele ser la primera en solicitar ayuda. Pero, hay que decir, que la visita de ambos miembros de la pareja se está convirtiendo en habitual.

Podemos encontrar desde los maridos superimplicados que recuerdan a la perfección la fecha de la última menstruación. Y también a los que indican «es cosa de ella» yo aquí no opino, pero aceptan el tratamiento por que ella así lo ha decidido y esto es su tema.

Las peripecias de más de un aspirante a papi con la extracción de la muestra daría para varios escritos. Teniendo así mismo en cuenta las peculiaridades de cada centro con la escenografía que también es muy variopinta.

Fertilidad masculina: cuando el problema es de ellos

Hemos escrito reiteradamente sobre lo beneficioso que es para la mujer el tratamiento de acupuntura. Tanto para ayudar a conseguir un embarazo natural como para complementar un tratamiento de fecundación asistida.

Menos conocido es en qué podemos ayudar cuando es el hombre el que presenta alguna anomalía en sus analíticas. En casos de azoospermia (no hay espermatozoides) o teratogenia (con deformidades) no podemos ayudar. En casos de oligoesperma (recuento de espermatozoides más bajo del normal) y astenospermia (lentos) aquí si podemos poner un poco de alegría. Vale la pena una primera visita, ver las analíticas y valorar el caso. En muchos casos será beneficioso el tratamiento con acupuntura.

Durante los tratamientos de fecundación asistida las parejas en ocasiones manifiestan nerviosismo, miedos y afloran sentimientos contradictorios que no favorecen nada de nada el buen fin del proceso. Ambos integrantes de la pareja son importantes y cuanto mejor estén  para afrontar la nueva situación tendrán más probabilidades de éxito.

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