Cuando todavía no hemos tenido tiempo la mayoría de nosotros de clasificar las fotos de verano, justo a principios de septiembre ya nos empiezan a bombardear ofertas para «puentes» de todo tipo para Halloween y también ofertas para fin de año… pero la verdad es que ya están aquí y en dos días Navidad.
Durante los puentes por si a alguien le entran las dudas no vale la pena que intentemos trabajar. No te atiende ni el lampista ya que si ha de ir a buscar material estará cerrado… y si te empecinas en trabajar cosa que algunos autónomos a veces hacemos, todo va en tu contra. Es decir, si no haces el codiciado puente eres un auténtico paria.
¡Seamos prácticos y mejor los hacemos todos!
Cuando recibo todas estas extraordinarias propagandas confieso que a veces las miro con ojos golosos como si realmente me pudiese fugar a sitios recónditos cada fin de semana.
Me fascinan los hoteles. Lugares mágicos donde creo ciegamente que siempre está casi todo abierto. Te pueden ofrecer carta de almohadas y yacuzzi. El placer del desayuno buffet, con una persona extremadamente atenta que te hace huevos al momento de tu gusto favorito y cosas realmente insólitas que en tu vida se te podía antojar desayunar. Las camas generosamente inmensas, se hacen solas cada mañana (casi siempre).
Las duchas, aunque a veces cueste adivinar como funcionan, son potentísimas y algunas con colores incorporados que van cambiando. Y sin animo de maltratar al medio ambiente, que gusto da dejar caer las toallas y que aparezcan nuevecitas en su lugar…
¿Habéis tenido alguna vez la fantasía de vivir en un hotel?
Cuando llegas a casa y está hecha una leonera, o cuando darías cualquier cosa por encontrar un desayuno variado preparado…
Otra ventaja del hotel es que vives con una cantidad de ropa mínima y no pasa nada. Solo lo justo, lo que te hace falta y la mayoría de veces sobran cosas. Al contrario que en nuestros atiborrados hogares que por más que vaciemos los armarios siguen llenos con ropa y complementos para varias personas durante varias vidas… Siempre los vaciamos, pero «nunca se sabe» lo que vamos a necesitar y seguimos acumulando. Por si acaso…
Seguro que me diréis que se puede vivir con gran austeridad y minimalismo… cierto.
¡Pero quiero vivir en un hotel!
Que alegría volver a encontrar uno de tus escritos clásicos. Pensaba que yo los habías dejado.
Creo que yo también podía vivir en un hotel.
Gracias
Gracias Gala. La verdad es que de la manera que está el mundo y como va todo, me siento hasta mal haciendo estas pataletas por pequeñas incidencias cotidianas y se me corta el rollo. Veremos como sigo.
Graciasmpor estar ahí.
Jo crec que també!!!!!
A tu segur que et sentaría de maravella!!!
Ir de hoteles de vez en cuando no está mal, pero de ahí a vivir en ellos hay un gran paso. Aunque también depende de los hoteles, si son como los de las fotos pues no te digo que no pero solo durante una temporadita. Me gusta llegar a mi leonera y tirarme en el sofá!! Un post muy divertido que deja paso a la imaginación…. otra pregunta sería ¿Con quién compartirías el hotel? ¿veladas románticas? ¿Noches locas? What else???
Bueno, como seia una super suite, lo podría compartir como me diera la gana: hijos, pareja, amigos y podría ir cambiando de ambiente simultáneamente y siempre con todo en perfecto estado. Las amigas de las niñas podrían tener camas supletorias y las amigas gintonics a la carta.
Soñar es gratis!
Home, doncs jo sí que ho he pensat més de quatre vegades. De fet, sé que hi ha gent (gran sobretot) que opten per un hotel on els fan tots i tenen llibertat per entrar i sortir quan els sembli.
siii,fins i tot he llegit d´una senyora que viu en un creuer i baixa si vol i si no, no.Petons
Un artículo para soñar, a mi también me gustan los hoteles .
Feliz semana
Esa es la idea. A soñar!!!
Feliz semana igualmente
Jaja, difícil elegir. De vegades crec està molt bé viure a un hotel on teu fan tot, hem recorda als anys que vivia en una residència d’estudiants i sols hem tenia que ocupar de la meva roba i d’estudiar. Però també trobe que tot és molt impersonal a un hotel i a la teva casa tens les coses com vols, desordenades però són les teves coses. Sobre amb qui, crec que com sola res.
Bueno, será qe yo de hotel siempre voy de vacaciones.
Besos
Jo sempre he dit que m’agradan els hotels per tot el que ja tu dius al teu escrit.
Mai o molt poques vegades he sentit la necessitat de tornar a casa quan estic fora i menys anyorar casa meva.
Aixi que JO TAMBE VULL VIURE A UN HOTEL!!!!!!!
Bravo Carme!!! Al hotel i punt.
Me encanta! De hecho es rara la vez que voy a un hotel y no me planteo si podría vivir en esas dimensiones y con las cosas que llevo. Me imagino haciendo alguna leve reforma para acabar de encajar algún armario extra o una miniminiminiminicocina y ya está. Que me lo dejen impecable cada día sin preocuparme de nada. Qué placer!
Nada de minicocina! Que nos lo traigan todo hecho.
Gracias por tus comentarios.