Que cada vez están más en auge los tratamientos de fertilidad es en hecho. Incluso los que no están cerca de ningún ambito sanitario pueden ver la proliferación de gemelos que hay desde hace tiempo.
También cada vez hay más evidencia científica y se ha presentado en congresos y charlas de los efectos beneficiosos de la acupuntura para ayudar a que estos tratamientos funcionen.
Hoy me voy a meter en un territorio pantanoso.
Los estudios se han hecho con las que están en programas de FIV (fecundación in vitro). Es decir, comparando el éxito de las fecundaciones «in vitro» con acupuntura y sin acupuntura.
Estuve en Pekín en un hospital en el año 1990 y aquí la Dra Radha Tambirajah ya nos explicaron como ayudar a nuestros pacientes a quedarse embarazadas. Es esas épocas creo que no existían las clínicas de fertilidad que ahora florecen por doquier.
Nada más lejos que desvalorizar el trabajo que hacen, que es casi milagroso en muchos casos y con las que colaboro asiduamente, excepto en algunos casos de cerrazón mental que aún les dicen a los pacientes que la acupuntura no tiene evidencias científicas (por lo visto esperan que se las lleven a casa).
En lo que quiero poner hoy el énfasis es en las parejas que se quedan embarazadas antes de empezar el tratamiento de reproducción asistida.
Este es nuestro gran triunfo.
Son bastantes los casos que he visto últimamente que acuden a la consulta con todas las pruebas hechas, incluso con hora para empezar. En muchos casos no hay ningún problema, o simplemente la madre es algo mayor de lo que dicen los estrictos protocolos. En estas pacientes, si tenemos tiempo suficiente (acostumbro a calcular tres reglas), el tratamiento de acupuntura aumenta la circulación de sangre y energía a toda la zona uterina. Mejora la calidad de los óvulos y relaja a la mujer que en estos casos en los que hay tanto estrés y presión es muy importante para el buen funcionamiento hormonal. Solo con desbloquear el eje cerebro-ovario muchas veces ya se consigue el tan deseado embarazo.
Los que han pasado por algún proceso de fecundación sin éxito saben perfectamente de que estoy hablando: tratamientos hormonales, estrés, disponibilidad de horarios para lo que haga falta a cualquier hora, etc, etc… Todo esto genera una tensión añadida a la pareja, difícil de mesurar y en cada caso se vive diferente.
Estoy muy satisfecha de colaborar en todos los procesos de FIV para asegurar más posibilidades de éxito, pero la verdadera alegría es cuando aparece una paciente por la consulta con un test de embarazo positivo y aún no ha empezado a hacer nada.
Aquí la alegría compartida es una gran recompensa. ¡Besos y abrazos son inevitables!
Deja tu comentario