Todo funciona por modas y nos dejamos llevar por ellas sin darnos cuenta.
Siempre ha habido buena gente que ha estado colaborando con causas "humanitarias" en el llamado tercer mundo, pero desde hace unos años es una parte más del consumismo que nos rodea.
" Queda bien" tener un ahijado en India, que no sabemos ni pronunciar el nombre o recoger medicamentos para niños africanos para hacernos la foto y colgarla en Facebook.
Bueno, sea por el motivo que sea, esta bien que la gente ayude y colabore con todas las causas posibles, pero seamos serios.
Cuanta gente conocemos que colabora con Intermon, Cruz Roja o Médicos sin Fronteras, por decir algo, pero si hay un asiento libre al lado de un negro o de una mujer árabe, no se sienta…
¿Cuantos suben en el ascensor con un extranjero del color que está esperando a que les robe?…. Esta es la realidad.
Y no somos racistas….. ¿somos solo clasistas?
Los voluntarios habituales que con sus labores desinteresadas y anónimas, ayudan a seguir adelante a muchas personas, no se hacen fotos. O si las hacen es para incitar a otros a colaborar….
En estos momentos, la frontera con la pobreza la tenemos muy cerca. Yo la tengo en la Rda. Sant Antoni por ejemplo, y sólo con adentraremos en el Raval de Barcelona vamos a encontrar varias asociaciones locales que nos pueden enseñar otra realidad. Con gente con una realidad muy dura y de todos los colores. También del nuestro.
Es intolerable que las estadísticas nos digan que hay 2000 niños en Barcelona ( la gran Barcelona) que se van a dormir con hambre…. y no estamos hablando de India ni África.
No somos nosotros los que hemos de tomar medidas para que esto no pase, y le podríamos partir la cara a mucha gente, pero mientras tanto, podemos colaborar cerca de casa. Voluntariado de proximidad. Sin tener que elucubrar a ver a donde van a parar las cosas o dinero, aquí lo vas a ver.
Acostumbrarnos a colaborar con la gente que lo necesita, no para sentirnos estupendos, si no porque realmente creemos que todos no hemos tenido las mismas oportunidades.
Fundaciones como Arrels que están haciendo una gran labor para los "sin techo" necesitan voluntarios, pero aquí es necesario comprometerse, y en la mayoría de los casos vamos peor de compromiso que de dinero y de prioridades.
La población de va sensibilizando cada vez más. Es fantástico ver como se movilizan cuando lo pide "banc dels aliments", pero le hemos de perder el miedo y movernos de uno en uno, cada uno en la medida que pueda y quiera.
En fin, cada uno es cada cual, pero la gente que lo ha probado, repite.
Ayudar a los demás libera endorfinas, y da una agradable sensación que se quiere repetir.