Esta vez voy a lanzar al aire una pregunta. Bueno al aire no, al respetable grupo que me lee y al que estoy tan agradecida, ya que en la vida se me había ocurrido escribir dos líneas. A ver si soy capaz de explicarme.
Por más vueltas que le doy no encuentro una fórmula apropiada.
¿Cuántas veces habéis estado o sabéis de alguien que realmente va muy justito de dinero pero que su gran ilusión es ir a ver tal o cual obra/concierto/espectáculo y suprime otras cosas para poder hacerlo? Esto entre la realidad actual y los precios de los espectáculos, es realidad para muchas personas. De golpe 2 días antes Atrápalo o cualquier otra empresa similar saca a la venta entradas por 7 € y gente que en su vida se hubiese planteado ir a ver eso van en masa, seguramente prestando mucha menos atención de la necesaria y valorando poco la actuación ya que a veces ni sabe quién son los que actúan ni que han ido a ver, y a veces también sus conductas no son las esperadas en estos lugares… pero como era tan barato, vale la pena salir.
También es verdad que sin estas ofertas mucha gente no podría acceder a la cultura.
Las generalizaciones son inútiles, absurdas y no sirven.
A mi me gustan las termas por poner un ejemplo y supongo que ni siquiera los romanos estaban en silencio, pero cuando ves que llega un grupo gritando, o la pareja de novios que le han regalado el bono entre 20 compañeros de la oficina… y se tiran «en bomba» riendo como si estuviesen en la piscina municipal de Caparroso durante los días más calurosos del verano (que recuerdo gratamente con concurso de cazar moscas y meterlas en botellas de coca-cola incluido) … a mi se me encoge todo y me siento extraordinariamente mal.
O cuando has hecho una reserva con tu pareja para una celebración en un restaurante caro y te toca al lado un grupo de Let’s Bonus con niños (con lo que te ha costado colocar a los tuyos para poder salir).
Que la vida no es justa ya lo sabemos, que son problemas de ricos, también.
No estamos hablando ni de justicia social ni de escuelas ni hospitales públicos. Estoy hablando de SENSIBILIDAD.
¿Como podemos solucionar esto?
Lo veo mal, porque los mismos que se tiran de cabeza en la piscina del spa, son los que después van a una cata de vinos y lo que mas les gusta son los bastoncillos que ponen y en algún caso los mojan en la copa, porque se ha puesto todo tan al alcance de todos que no sabemos ni lo que nos gusta. ¡Hay que hacer muchas cosas!!!
Hoy en día con la facilidad de acceso a libros, etc… con internet, hay poca excusa para no leer. Bibliotecas con ordenadores, etc… Que la cultura sea patrimonio de los ricos, es desagradable la verdad, y todos hemos visto gente que el dinero no ha conseguido darle la más leve pátina de cultura… pero ¿qué tipo de medida podemos aplicar?
¿Antes de entrar en un balneario, pasamos un cuestionario de cultura general? ¿Antes de una cata le hacemos jurar que en casa no beben don Simón? ¿Antes de entrar a un concierto de Jordi Savall registramos los bolsos para ver que no llevan un bocata de sardinas??? Lo veo mal.
Por el mismo sistema yo asumo que me llamen «de can fanga» o «pixapins» en según que situaciones. Reconozco que soy un peligro en el bosque, pero intento no molestar. Cosa que comporta ir poco. He de confesar que he subido a un castillo cátaro con dos amigas calzadas con «manoletinas«, pero también hay que decir que a parte de herir la vista no dieron ningún tipo de problema al grupo que era de marcado tinte excursionista.
Hemos masificado todo tanto que también entiendo que en fiestas populares de algunas localidades se sientan invadidos de «camacus» y es que lo están… ¿Es obligación ir todos a buscar setas? ¿O al carnaval de Torelló? Pues NO.
Otra opción es que esto sólo nos esté pasando a los de un nivel medio. Me explico: los que no pueden, no pueden nada. No crucero por mucho que sean los niños gratis (¡pavor!!!). Los que están directamente forrados van en primera, localidades reservadas y salones privados. ¿Es esto???
¿Dónde está el punto correcto? O simplemente «todo por la pasta» y no miramos nada más.
Me hago vieja y lo veo en estas cosas, antes o no pasaba o no lo veia.
Parece que no me he explicado bien. Hay de todo con todos los precios.
Seguramente pasaba menos. No nos pasábamos el dia haciendo todos tantas cosas.no se…
Bss
Creo querida Marga que no es cuestión de sensibilidad, sino de educación. La gente que va a diversos espectáculos con entrada low cost, se comportaria igual si pagará más. Creo que no es dinero, ni clases sociales, sino civismo. Molesta y tanto, pero es una forma de ver lo que no hay que hacer y de comprovar cómo esta nuestra sociedad que en una gran mayoría prefiere ver reality shows de poco o nulo contenido cultural.
Cuestión de educación, y si no la tienes, al menos de seguir la regla de oro que decían las abuelas: «allá donde fueres, haz lo que vieres»..pero actualmente hay demasiadas personas que acuden a cualquier evento o acto porque hay que hacer cosas para luego sacarlo en la fotito de turno contándolo, y no por tener un interés real o al menos un punto de curiosidad o inquietud por esa actividad.
Cert!!
Gracies Francesca.
Esa era la idea! Gracias Ana.
Quan et toca una situació de les que descrius, que has aconseguit amb esforç, renunciant pot ser a altres coses, nomes hi ha una solució: la llei del “ajo y agua”
Me ha encantado lo de los bastoncitos!!!!!! jijiji lo de comer gratis es terrible el comportamiento!!
Bueno,hay de todo. Bss
Estoy de acuerdo con Tina Cervera, lo que falta es educación y respeto por el trabajo de los demás que cada vez están menos «en tendencia». Es posible que sea la edad porque empezamos a decir «antes no pasaba esto….»
Pues al final si que será la edad. Antes no hubiese escrito este blog!!
Besos y gracias por tus comentarios.
Veo de de todo… a veces me resulta muy difícil entender que está pasando…. y otras me siento tremendamente feliz, porque se siguen manteniendo los valores… y lo que intentamos inculcar, veo que si sirve!!!!
Tendremos que seguir educando…y cruzar los dedos.
Gracias por tu coemtario Neus.
jo també penso que és qüestió d’educació, empatia cap al demés o al menys la falta de posar-se al lloc dels altres per saber estar en qualsevol ambient.
Ni más ni menos.
Bss
Cuestión de prioridades, digo yo. Hay gente que no le duelen prendas por gastarse cien auros en una comida y encuentra cara una obra de teatro por sesenta euros.
Vamos que entre todos hacemos el mundo variado.
Un abrazo Mercedes.
Querida Margarita, a eso ya lo llamó Amodovar «La democratización del lujo» y me temo que es un signo de nuestros tiempos que como apuntas tiene dificil solución.
Pues una gran definición.
Gracias por la info!!
Ommmm
Trobar l’equilibri en aquesres situacions i en altres de similars no és fácil. En general, hi ha una manca de cultura, tolerancia i empatía que es manifesta més en els espais publics.
Pel que fa als «xollos» és un avantatge i desavantatge de la globalització. De evgades els gaudim i de vegades els patim!
Pues eso…