La juventud no tiene edad, como decía Pablo Picasso, pero la realidad es que de golpe te das cuenta de que al mirar tus fotos están llenas de señoras y señores… son tus amigos, tus primos, tus hermanos…

Habitualmente, vistos al natural, vamos, los que nos vemos cada día, nos observamos con bendita indulgencia. Otra cosa nos impediría salir de casa, sin duda.

Días como hoy que he ido a un entierro de una persona 3 años menor que yo… te remueve los entresijos.

A mí me ha parecido un entierro lleno de gente joven he ahí la trampa. Nooo y es que los mayores ya somos nosotros. ¡¡¡Muy pocas personas de más edad, que curioso!!! y es que ya somos los de primera fila. A mí en los entierros me da por filosofar.

En todo caso, los que tenemos la fortuna de tener algún progenitor vivo, no están en casi ningún caso para sepelios.

Corremos tanto, vivimos tan desatentos que cuando miramos a nuestros compañeros de escuela, de carrera… nos reflejan nuestra realidad.

Se nos ha acabado la garantía. Eso fijo, pero no por eso hemos de tirar ninguna toalla (solo a lavar). Eso sí, hemos de vivir atentos, despiertos y cuidarnos.

Cuidarnos nosotros y cuidar a los de nuestro entorno. Puede ser que nos quede mucho trecho y vale la pena invertir en nosotros y en ser buenas personas.