Estoy escribiendo poco lo reconozco, pero llega un momento que protestar por todo sabe mal y más cuando lo «cool», lo que se lleva es ser feliz.

¿Como puede ser que me pase el día intentando que instalen internet en un piso nuevo, y no consigo que la vecina del quinto que es la única que tiene llave del terrado, nos abra y mientras el resto de la humanidad es tan feliz? Los operarios nos preguntan a qué hora estamos en casa y seguro que es para no acercarse bajo ningún concepto durante esa franja horaria. Reservo mesa con antelación en un restaurante y se equivocan de día, de semana y de mes… mientras los demás se pasan el día cazando bolets y disfrutando del otoño en alegres parajes en «inmejorable compañía».

Tiendo a fabular con que todos estos tan felices hacen muchas trampas. Concurso de hacernos trampas jugando al solitario.

Después de una sobredosis de lazos rosas hasta lo ofensivo y de eclosión extraordinaria de obras solidarias «modo marketing» mejor no me quejo de nada más.

Acupuntura-Legorburu-Barcelona-Cansada-de-ser-feliz-1Cuantas cenitas, cervecitas, maridos detallistas, playitas, amigas incondicionales, viajes familiares… es que somos felices en masa. Y el que no lo es, solo ha de desearlo con todas sus fuerzas.

Así que en este momento no me mola seguir protestando de todo porque la realidad es que si voy a poner una queja en la mútua privada por trato ofensivo e inepto en una visita a urgencias seguro que al final podremos negociar la cuota.

Nos hemos de acostumbrar a vivir en la incertidumbre, a improvisar sobre la marcha y a tragar como pavos. Eso si, la foto brindando cuando estrenemos el sofá – y que no se vea que lo han traido uno de cada color-.

Disfrutemos ahora que ya no sabemos que comer y casi todo lo que nos hace felices seguro que producirá cancer en breve, si es que no lo hace ya y un simple y entrañable bocata desencadenará una cancerígena orgía de tóxicos.

Todas las fotos de Facebook serán comiendo nabos y brócoli, algún berro y rúcula. Eso sí todos felices, con un zumo verde antioxidante.

Voy a dejar de protestar o sorprenderme de lo inutil que es intentar ser práctico, mientras todos están felices haciéndose selfies. Me rindo.

Si quieres, puedes. Pues tu mismo: a la calle a disfrutar y si no sale todo como has soñado, es que no lo has hecho con suficiente intensidad. Eres un mediocre y un pusilánime.

En fin yo ya me he cansado de ser feliz. Quiero ser normal con alegrías y sinsabores. Ni me hago fotos cada vez que tomo una birra y prometo no colgarlas cuando esté poniendo reclamaciones.

Al final a nadie le interesa ni lo uno no lo otro ya que en general a uno solo le interesan las suyas, de fotos y de todo lo que nos estamos quejando son problemas de sociedad de consumo.

A partir de ahora, ten presente: si vas a vomitar, solo puede ser de satisfacción.

Bi Japi.

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