Anhelaba inocentemente no empezar el curso como acabé el pasado, es decir desbordada de papeles, papeleos y dificultades cotidianas a cual más decepcionante.

No sé si pasado el verano y con la cabeza presuntamente más fresca encontraré la solución, pero esta certeza de que para cualquier gestion la hemos hacer varias veces es desalentador.

Y yo me pregunto: ¿En qué cuentas se suman las llamadas, viajes y malos ratos cada vez que se ha de resolver una de estas zafiedades?

Voy a abrir una cuenta en el BANCO DEL TIEMPO MALGASTADO. El tiempo perdido realizando tareas que otros deberían haber hecho y no han cumplido, o lo han hecho sin ningún tipo de interés y mal. O incompletas por desidia la mayoría de las veces.

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Sumaremos en esta cuenta a tiempo malgastado las tediosas y desesperantes llamadas que nos tienen escuchando música y muy especialmente las reclamaciones de cualquier tipo.

A finales de julio, que como todos sabéis se acaba el mundo, pudimos deleitarnos en la consulta con una publicidad que la cobraban por duplicado – por si cuela – y unas cuantas cosas más para sumar a la cuenta, pero la mejor es la del parking.

Supongo que muchos sabéis lo dificil que es la lucha contra los morosos. Afortunadamente mi experiencia es nula. Intentando poner orden en papeles de familia, aparece una plaza de parking – la única – que está alquilada a un tipo desde hace años y a veces paga y a veces no. Aprovechando la edad avanzada de la propietaria de la plaza que a veces reclama y otras solo protesta.

Como tienen fichados los numeros y siempre está reunido, me persono en la finca.  Subidón de las acciones del tiempo perdido.

El portero muy amable, me informa de que efectivamente hay una persona que responde al nombre que le indico. Me enseña la plaza y está ocupada por un coche grande de aspecto muy caro (incapaz de añadir más datos).

¿Le paga? Me pregunta el portero extremadamente colaborador.

Parece ser que el caballero no tiene fama de buen pagador.

El Sr. Estupendo, de unos 40 años, es buscado por todo tipo de gente. Agua, luz, seguros… y ahora por mi. Esto es más complicado de lo que parecía. Para acabar de aderezar el culebrón, me informa el emocionado portero, está casado con una brasileña y pasa allá temporadas. También me informa que él ni lo saluda, que está harto de pasar sofocones por su culpa.

Ahora acaba de  marchar y puedo tener el coche 4 meses allá sin que nadie lo saque.

Salgo viéndome ya como gran accionista del banco del TIEMPO MALGASTADO.

Para hablar con la sufrida secretaria del Dr. Estupendo – ha de ser muy sufrida para capear este modo de vida del jefe – hemos de llamar con teléfonos que no conozcan que nos prestan los que por allí aparecen. Cada vez disfrutamos más cuando nos dicen que van a mirar si está, sabiendo como sabemos que está en Brasil. Después de comentar el asunto con varias amigas API, parece ser para acabar de facilitar la labor que no hay manera de sacar el coche ni al tipo. Si le ponemos una demanda, nos vamos al año próximo. Todo lo demás que por lo visto hace la gente en estos casos, es ilegal.

No las voy a explicar logicamente por si me animo, pero con cualquiera de los otros papeles que me quedan por tramitar, seguro que me da tiempo a pensar como y que quiero/puedo hacer.

Así que ya que lo único que podemos cambiar es nuestra actitud, tendremos que contraatacar besándolos a todos y deseándonos lo mejor.

Transcurrido el verano, que desilusión… no ha cambiado nada.

El moroso sigue moroso y seguimos invirtiendo en el mismo banco del tiempo perdido.

Hace dos días me personé en su casa, cual un estafador de suministros cualquiera, y me indicaron que no estaba… el coche estaba y el portero que es muy fan mío asegura que si.

Como delante de todas estas cosas estamos indefensos solo podemos tener un talante amable y decidido. Es decir, como el elefante: lento pero aplastante. Hemos llamado cada tarde. Gran emoción me han citado para hoy a las 10 de la mañana en la puerta del parking para entregar las llaves… ¿vendrá??? Nos haremos un selfie.

Mientras los niños ya entraran al nuevo curso, después de conseguir todos los libros que este año nos encargaron, dos de ellos descatalogados para gran recocijo de tiendas y padres.

Feliz trimestre, y ya sabes los bancos mejor para sentarse.

Valora tu tiempo

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