Nuestra colaboradora de hoy es Sara Martín Gandullo, que nos va a sugerir algunas técnicas para comprobar que a pesar del dolor, podemos seguir hacia delante. El lunes 13 nos lo explicará en directo en nuestro pequeño espacio. Gracias Sara.

Día: Lunes, 13 de marzo

Hora: 19:00h. y 20:30h.

Lugar: Clínica de acupuntura de la Dra. Margarita Legorburu

Calle Sepulveda 93, 3º 1ª, 08015 Barcelona

Charla gratuita previa inscripción en info@acupuntura-legorburu.com

Plazas limitadas

 

Una de las primeras peticiones que todos hacemos cuando nos hablan de nuestro futuro, de nuestra vida, siempre pedimos “que no tenga dolor”. Sin embargo, nos adentramos en la etapa de consolidación vital con más molestias de las que desearíamos.

En el caso de los dolores crónicos (aquellos que perduran más de seis meses sin mejora con tratamientos convencionales como los fármacos), la interferencia y el condicionamiento en nuestra vida cotidiana se eleva hasta convertirlos en protagonistas. El dolor nos desenfoca, nos aturde, nos anula y nos impide seguir viviendo con buena calidad de vida.

Aquí te traemos las 7 claves que existen para vivir a pesar del dolor.

  1. Conócelo, compréndelo.

El dolor se ha convertido en un compañero más en este viaje, así que por muy molesto e incordiante que sea, estará a nuestro lado. Tenemos dos opciones, o seguimos discutiéndonos y siempre saldrá ganando o lo conocemos y comprendemos para aliarnos. Busca los elementos que cierran la puerta al dolor.

  1. Relájate.

Uno de los principales motivos por los que sentimos dolor muscular, es por la cantidad de tensión descompensada que generamos cada día. Las preocupaciones, la inactividad, el aburrimiento,… provocan estrés emocional y físico. Te proponemos que empieces por unos ejercicios de respiración diafragmática, cogiendo aire por la nariz y dirigiéndolo al abdomen, en vez de al pecho como solemos hacer.

  1. Cambia el chip.

El dolor se experimenta en el cerebro, allí donde nacen todos nuestros pensamientos. Algunas de estas ideas como pensar que las cosas son o blancas o negras, considerar que no servimos para nada, tener un montón de normas no escritas que se convierten en obligaciones, culpabilizarnos o culpar a los demás de lo que nos ocurre, anticipar catástrofes cotidianas con el “¿y si….?”o interpretar lo que piensan los demás en vez de preguntarles, son malas costumbres que alimentan el dolor en nuestro cerebro. Cambia estos pensamientos y disfruta la diferencia.

  1. Soluciona tus problemas.

Tener asuntos o conversaciones pendientes predispone al dolor. Así que afronta aquello que te genera malestar y busca la manera de solventarlo, si hasta ahora no lo has resuelto, es porque no estás haciendo lo que corresponde. Atrévete a hacer aquello que todavía no has probado, a veces la mejor solución está en las ideas más disparatadas.

  1. Aprende asertividad.

Tan importante es decir lo que pensamos y sentimos como la forma en la que lo decimos. Comunicar con respeto y escuchar activamente a los demás es la base de la asertividad. Nuestra opinión parte de un punto de vista, está condicionada por nuestras experiencias y haber vivido más años no significa que estemos en posesión de la verdad. Escúchate y escucha a los demás, evitarás malas costumbres.

  1. Busca nuevos retos.

Cuando aparece el dolor en nuestra vida, dejamos todo apartado y nos centramos en hacerlo desaparecer, olvidando así también nuestros objetivos vitales. Dejamos de buscar nuestra felicidad para dedicarnos a eliminar el dolor. ¿Qué cosas te gustaría hacer? ¿Y si no tuvieras dolor? ¿Realmente el dolor es un impedimento para hacer aquello que te gusta o solamente es un poco más costoso? Rétate, proponte nuevas metas.

Practica, practica y practica. Solamente poniéndote en marcha, pasando a la acción, lograrás que tu vida vuelva a ser tu vida a pesar del dolor.